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Los cuentos mágicos y la vida real:
El guión
de la vida es uno de los conceptos de la Teoría Transaccional,
este guión lo comenzamos a escribir influenciados por las
primeras experiencias que pueden ser buenas o males y que
han ocurrido durante nuestra infancia. Durante esta etapa
vemos al mundo por medio de un pensamiento mágico, que nos
va diciendo qué somos, cómo se debe seguir en este cuento,
y hasta cómo es el final. Se puede decir que existen guiones
para que seamos felices o bien para que seamos infelices.
Podemos lastimarnos o lastimar a los otros si no logramos
ser concientes del guión que nos toca, ya que se verá al mundo
solo a través de lo mágico. El ser conciente del guión nos
da la posibilidad de cambiarlo.
Por lo general ese guión nos brinda una respuesta
mágica para solucionar el tema fundamental, como tener amor
y aceptación sin condiciones, que no ha sido resuelto durante
la infancia. Sucede que cuando somos niños nos identificamos
de tal manera con los cuentos de hadas, que siendo adultos
nos resulta muy difícil dejar de lado esa magia, a tal punto
que seguimos con la fantasía que en nuestra vida podremos
lograr lo que sucede en un cuento y hasta creemos tener la
posibilidad de terminar viviendo un feliz final.
Si analizamos los cuentos de hadas, nos podemos
dar cuenta que uno de los problemas es que prolongan la irrealidad
en los niños, ya que les hacen creer que tienes que convertirte
en una gran víctima para poder merecer algo bueno. Es así
que enseñan, que deberás trabajar muy duro, penar, ensuciarte
con cenizas, barrer y limpiar permanentemente, si quieres
casarte con un príncipe, al cual conocerás gracias a un hada
madrina que te ayudará a ir al baile, hermosa y radiante.
O bien esperar que un hombre, que también pertenece a la clase
alta, te rescate con un beso, luego de haber sido envenenada
con una manzana o con una aguja. También puedes esperar que
un hombre te rescate de tu encierro, o ir buscando sapos a
los cuales esperarás que se conviertan en príncipes, luego
de besarlos.
Las posibilidades son las mismas si deseas
encontrar una princesa, deberás rescatar a alguien, o comportarte
como una bestia o un sapo esperando que una mujer te bese,
o besar mujeres que están muertas, o ser feo para terminar
teniendo atractivo y un gran éxito. Se puede decir que el
aspecto positivo de estos cuentos mágicos es la de otorgarles
a los niños un gran poder y control de sus vidas, cuando se
sienten muy impotentes.
Esto, lo único que logra es darle una solución
al niño para sobrevivir en un determinado momento de su vida,
pero esta solución, que es solamente mágica, no sirve en la
realidad. Seguramente durante nuestra vida adulta ese niño
que llevamos dentro se seguirá aferrando a esa creencia fantástica
y pensará que puede funcionar. Es tan fuerte esta creencia
que se llega a pensar que no se ha sufrido lo necesario para
lograr ser felices.
Si se renuncia a creer que ese mundo perfecto
existe, se podrá de alguna manera salir del guión, y esto
permitirá que el Adulto pueda dar solución a los problemas
que se presentan y pueda descubrir la forma de satisfacer
las necesidades en un mundo que puede ser muy lindo y agradable,
aunque no sea perfecto. Es importante analizar los mensajes
o mandatos paternos o parentales que se le dan al niño desde
los inicios de su existencia.
Estos se dan fundamentalmente por conductas,
extrasensoriales o intrasensoriales, que luego son corroboradas
por las palabras. Es así como los padres aceptan o rechazan
a los niños. Con conductas serias y con la orden de quedarse
quieto, el niño deduce que no puede divertirse, que no cuenta
con ese permiso. Ese permiso para el Análisis Trascendental,
es la libertad de acción transmitida y respetada por los adultos,
para que la persona pueda desarrollar sus necesidades básicas
y sus derechos humanos. No existe aquí el sentido de obediencia,
sino los ejemplos de conducta que permiten al niño vivir su
propia vida. El permiso para poder sentir alegría y manifestarla
libremente esta dada cuando las conductas parentales o de
los mayores, demuestran la alegría que sienten en los momentos
de felicidad.
El hijo podrá divertirse con sus amigos y
se sentirá libre y disfrutará con ellos, no cuando los padres
le dan permiso para divertirse sino cuando les ofrecen una
invitación a ser y a expresarse naturalmente. Se debe tener
en cuenta que ni las palabras ni las conductas externas sirven,
si las personas no tienen libertad interior o permiso interno.
Solo lograrán concretar lo que desean, solo si en su interior
se dan permiso para hacer lo que quieren.
Autora:
Marcela en exclusiva para © hechizos.info | Copyright - Todos
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