|
¿Me perdonas?:
El perdón es uno de los asuntos más duros que tenemos que enfrentar en esta vida. En base a esto se han creado innumerables malentendidos y varias enfermedades se hayan vinculadas a la torpeza de seguir siendo víctimas de los que nos hieren. Se puede decir que perdonar forma parte de una experiencia de armonía y entendimiento, que se perciben en el presente. Existe el perdón, cuando se logra enfrentar las rígidas reglas que hemos creado para juzgar el comportamiento de los otros y dirigir nuestra atención en las buenas cosas de la vida, desechando las malas. Hay que tener en cuenta que también cuando se perdona, no necesariamente se olvida o se niegan los sucesos dolorosos que nos han ocurrido. Cuando perdonamos estamos de alguna manera impidiendo que las cosas feas que han destrozado nuestro pasado, nos afecten en nuestro presente. Cuando la ofensa se toma de manera personal y de forma exagerada, cuando se culpa al que nos hiere basándonos solamente en lo que sentimos, sin utilizar la objetividad, cuando construimos una historia de rencor, lo único que hacemos es crear resentimientos que se hacen largos y más dolorosos. Para descubrir si estamos inmersos en un período largo de rencor o hemos perdonado, podemos realizar el siguiente ejercicio: debemos pensar en un dolor personal para poder analizarlo y determinar cuanto nos afecta en el presente. Luego cerrando los ojos debemos traer ese hecho a nuestra mente por un momento. Una vez que tenemos bien claro que es lo que sucedió, debemos escribir esa experiencia en un papel o bien la podemos mantener en nuestra mente. Ahora si, tenemos que analizar que nos pasa hoy, cuando pensamos en ese hecho, cual es nuestro pensamiento más recurrente cuando recordamos el suceso, como nos sentimos y como reacciona, al revivir ese dolor, nuestro cuerpo. Una vez concluido esto, debemos determinar si comúnmente pensamos más en esta experiencia dolorosa que en las cosas lindas que tiene la vida, si cuando pensamos en ese suceso nos alteramos emocionalmente o sentimos cierta incomodidad física, si en algún momento variamos los pensamientos cuando memorizamos el suceso, o si la historia permanece dando vueltas constantemente en nuestra cabeza. Tenemos que tener muy claro que si comprobamos que seguimos viviendo con rencor, no significa que estemos frente a un problema de enfermedad mental. Así como no es símbolo de falta de autoestima, debilidad o estupidez cuando nos sentimos heridos. Lo único que se evidencia es que no estamos en condiciones de enfrentar las cosas de otro modo. Es normal pero a la vez muy difícil sentirse herido y por eso todos terminamos creando rencores en algún momento de nuestra vida. Pero hay que tener en cuenta que el hecho de que el rencor sea algo común en nosotros no significa por eso que sea saludable. Es útil en determinados momentos sentirnos molestos aún cuando, se esté preparado para perdonar. Incluso cuando hayamos sido maltratados, o hayan sobrepasado nuestros límites personales, no es necesario reaccionar con molestia. No debemos actuar llevados por el dolor y sobre todo cuando esto no ofrece ninguna solución. Debemos evitar darle el poder al otro. Esto ocurre cuando en situaciones estresantes cometemos el error de culpar de nuestro sentimiento de molestia a la persona que nos hirió. Es así, que al adoptar esta actitud permitimos que nuestras emociones sean controladas por el otro, le otorgamos el poder de manejo. Como resultado, seguiremos sintiéndonos heridos porque el otro hará mal uso de ese poder. Es muy común y a la vez alarmante la cantidad de personas que les dan el poder a las personas que no los quieren. Generalmente se torna una costumbre pensar en la persona que nos ha hecho daño y al sentirnos mal por eso, permitimos que esa persona se vuelva más poderosa y pasemos a ser víctimas de ella. Podemos hacerlas responsables de lo que nos hicieron pero no debemos culparlas por lo que sentimos.
<< Inicio
Autora:
Marcela en exclusiva para © hechizos.info | Copyright - Todos
los derechos reservados |
|
|